sábado, 24 de mayo de 2014

El día después

El último desayuno en Santiago. Saca la foto Angelita
Se acabó el Camino de Santiago y llegó el día después, el día de las despedidas. Por un lado se fueron María Jesús y María José en tren a León para recoger sus respectivos coches, que habían dejado en casa de Marisa. Por otro lado, Manolo, Víctor y Angelita alquilaron un coche y se fueron a lo que consideraban su meta final: Finisterre. Después, Angelita siguió su viaje hacia Portugal, Manolo volvió a su casa de Tarragona y Víctor a Castellón. Y los cuatro del Subgrupo; Fredo, Tonio, Javi y yo, nos fuimos a buscar el coche que dejé aparcado en la "house" de Santiago, y tomamos rumbo a Santander por la carretera nacional, con la intención de comer por el camino y cenar en un "chigre" de Cabrales para ver la final de la Copa de Europa de Fútbol.

Ahí quedan las crónicas del día.

Última foto antes de despedirnos los últimos que quedamos en Santiago de Compostela

CRÓNICA DE VÍCTOR DEL DÍA D+1

El hórreo de Lira
 Sábado, 24 de mayo de 2014. Tras el último desayuno en grupo, Alfredo lleva arrastras a Javi a la oficina del peregrino para obtener la Compostela que acredite lo vivido. Después, tras emotiva despedida de los santanderinos, los tres que iniciamos la aventura en Saint Jean (Angelita, Manolo y Víctor) alquilamos un vehículo con la intención de llegar a Finisterre, ya que nuestras piernas se dan por vencidas tras la llegada a Santiago.

En esta última aventura nos acompañan otras dos coreanas, Sanyo y Missan (a saber como se escribirá de forma correcta). Con Víctor al volante iniciamos camino hacia Fisterra por la costa gallega, aunque el run run del coche pronto nos da sueño a todos, sobre todo a mí, y efectuamos parada de emergencia en el Bar Casa Louro, de Lira, donde, aparte de aprovisionarnos de cafeína, nos informan de la existencia del Hórreo de Lira, que según nos dicen es el mas grande del mundo, aunque rivaliza con el vecino Hórreo de Carnota, que obviamente visitamos y hacemos las correspondientes fotos (ya te las paso).

La mariscada que perseguía Manolo
Además del ver el hórreo, nos recomiendan comer marisco en Casa Manolo (Angelita se descojona por lo del nombre del bar) de Caldebarcos. Los cinco hacemos buen acopio del marisquito, el vinito blanco y la deliciosa selección de postres de la casa, a saber: tarta de orujo, crema de queso, queso con membrillo y un delicioso flan, todo por 25 euritos por cabeza, incluyendo el café y los chupitos a cuenta de la casa. Muy buena atención, así que con permiso de los críticos gastronómicos ausentes les damos ¡una estrella Michigrín!

Proseguimos viaje y nos detenemos en Ézaro, donde ascendemos al mirador y contemplamos su magnífica cascada. Tras las fotos de costumbre seguimos. Hay que decir que durante el viaje nos acompañan constantemente los "Ohhhhhhh" de Missan al contemplar el mar una y otra vez.

Angelita, Manolo y Víctor con Michaela y Domonica
Llegados a Finisterre nos alojamos en el Hostal Áncora. Lástima que duermo con Manolo, pues la cama está llena de plumas y florecitas, y hay un cisne hecho con las toallas ¡y dosel en la cama! ¡Esto parece un picadero!

Obviamente, nuestra meta es el faro de Fisterra, lugar precioso al caer la tarde y ponerse el sol. La inmensidad del océano y el sol en el horizonte invitan a pensar que esto se acaba, pero como yo digo, final o principio todo es cuestión de perspectiva.




Manolo en la cascada de Ézaro



































Manolo y Víctor con Michaela y Domonica en Finisterre


Manolo y Angelita en la meta final


Manolo en Finisterre

Víctor en Finisterre

El anochecer en el fin del Camino




















La prometedora noche que les espera a Manolo y a Víctor en sus camas con dosel

Aunque con los pies de Manolo... No sé qué decir.

CRÓNICA DE JAVI DEL DÍA D+1

Angelita nos cantó una coreana. ¡Jopelas qué bien canta!

Despedida de los coreanos. Algunas no se dejan besar. Eso allí no se lleva.

Nos vamos a tomar unos "cagalorcios" por los locales habituales. Coincidimos con Lena, Trine, Duby, Tim, Tobías "el checheno" (en realidad es canadiense). Tras varias degustaciones nos vamos a sobar a las 02:00. Alegrillos.

Hoy amanecemos a las 08:00. Hemos desayunado los siete juntos y nos hemos bajado al Obradoiro. La sorpresa ha sido encontrarnos con Luismari (mecagüenlachorra), con acento de Mondragón. Otro alegrón. Luego el cabroncete de Fredo me ha obligado a solicitar la Compostela (mecagüen las colas). Era temprano y ya había un montón de gente en la oficina del pelerín. De paso solicito nueva credencial para el siguiente Camino.

Anoche también nos encontramos con Ester, chica de Madrid, pero no hemos vuelto a ver a Hilda, la canaria.


En la "house" de Santiago antes de iniciar el viaje
Angelita, Manolo y Victor han alquilado un auto para ir a Finisterre. Nos hemos despedido con la intención de vernos alguna vez.

Nos despedimos y nos vamos a Lalín, Pontevedra. Damos cuenta de un suculento almuerzo en el alto Da Pena, consistente en dos de pulpo (aquí lo llaman polbo), y dos de reixada (ternera con papas y pimientos verdes). Otra Michelín y salimos hacia Lugo.

Durante el camino nos acordamos de Marieu y decidimos ver el partido en el chigre de Asiego. Llamamos y reservamos. Paramos en Tapia de Casariego y trasegamos unas botellas de sidrina. Seguimos camino y, tras alimentar al vehículo, continuamos hasta El Cerezo (Onís) previo ordeño de cajero "artomático" en Posada de Llanes. Allí empezamos en serio con la sidra, el cabrales y otro queso exquisito pero no mencionable (para que la demanda no haga subir el precio), y nos desplazamos a Asiego. Allí preguntamos por el chigre y disponemos la mesa en el bar. Antes hemos visitado a la madre de un colega y a sus amigas Elena y María Elena. ¡Qué sorpresa, nos siguen a diario en el blog!


El pulpo del Alto Da Pena. Riquísimo. Y no digamos la reixada...
El chigre tiene una estrella michigrín del año 2013. Merecida. Le otorgamos otras dos fuera de concurso. Somos atendidos divinamente. La cena estupenda. La sidra de P. M. Lo peor el resultado del fútbol (para alguno de nosotros).

Finalizada la cena, regreso a casa. No se habla mucho en el viaje. Cada uno va con sus pensamientos. Despedida y quedada para el día D de cada semana. Se acabó.

Un día de estos, con la inspiración necesaria, si me llega, redactaré una crónica sobre el Camino.

Fin de la crónica.

Paramos en un auténtico comercio de pueblín asturiano (El Cerezo) donde hay de todo.

Incluso hay sidra

Y siguiendo por los impresionantes Picos de Europa...

...llegamos al chigre de Asiego, en pleno Cabrales. Casa Niembro, se llama

Y como puede verse ¡Tiene una estrella Michigrín! (no era cachondeo)

Y nos comimos un cordero espectacularmente bueno...


...mientras veíamos el partido (el resultado fue lo de menos)












1 comentario:

  1. De vuelta a casa con vuestra mochila, la satisfacción de haber logrado vuestro objetivo y ensimismado cada uno en respetuoso silencio, sobre la experiencia vivida… Y, por supuesto, con la Compostela, justificante que acredita vuestra peregrinación.
    Hay una historia, en lo que se refiere a este documento, muy curiosa: En la Edad Media, la ruta jacobea no terminaba en Santiago de Compostela, el peregrino la prolongaba hasta Finisterre y Muxía para coger una venera que llevaban de vuelta, cosida en sus esclavinas como prueba de su peregrinación. Estos dos lugares se encuentran al lado de lo que se ha dado en llamar “mar tenebroso” por la impresión que causó al general romano Décimo Junio Bruto que, tras recorrer toda la costa del océano como vencedor, quiso contemplar, no sin cierto horror y miedo, cómo el sol se precipitaba en el mar y un resplandor salía de las aguas. Cuenta la leyenda que él y sus tropas encontraron un altar dedicado al sol (Ara Solis), construido por los que antes que ellos poblaron estas tierras.
    Lo del justificante en latín o Compostela se concibió más tarde y sólo se les otorgaba a los peregrinos que hubieran recorrido por lo menos 100 km a pie. La venera o vieira se convirtió en el símbolo de la peregrinación. Desde hace tiempo es costumbre colgarla en la mochila cuando se empieza el Camino, aunque muchos no saben que lo que en realidad llevan es la Compostela, que en la Edad Media el propio peregrino se encargaba de recoger en los mares de Galicia una vez concluida su peregrinación a Santiago.
    Actualmente, la venera sigue constituyendo un símbolo del Camino y es, sin duda, su icono identificativo. Una venera en la que se pueden ver radios que simbolizan una estrella o, quizá, los caminos que conducen a Santiago... Personalmente pienso que son las dos cosas y que, por unas y otras razones, se ha convertido en el logotipo de la ruta.
    Esta es la razón por la que al lado de mi Compostela hay una venera, no quiero olvidar el símbolo con lo que nuestros predecesores inmortalizaban su llegada a tan mágico lugar.
    Y ahora a descansar y a reflexionar… que hay mucho…
    Un abrazo.

    Estrella Camino

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